jueves, 27 de noviembre de 2008

El peine del Chotacbras



Los Chotacabras, como todas las aves nocturnas, están rodeados de un aura de misterio y ejercen sobre nosotros una especial atracción, nos inquieta saber cómo viven, cuál es su comportamiento y lo que esconde su secreta vida en la oscuridad. Ese desconocimiento llevó en la antigüedad a pensar que estas aves mamaban la leche de las cabras y de ahí precisamente procede su nombre (caprimulgus, capri= cabra; mulgus= ordeñar), aunque esta leyenda nada tenía que ver con la realidad.
Mientras los demás duermen, estas aves abandonan el perfecto camuflaje que las esconde de nuestros ojos de día, para volverse a ocultar en la oscuridad de la noche.
Para pasar desapercibidas, han desarrollado un plumaje perfecto para confundirse con la hojarasca del suelo, siendo prácticamente indistinguibles del entono que les rodea. Sólo vuelan cuando se ven amenazadas por nuestra presencia, aún sin haber sido descubiertas por nuestros ojos. Su habilidad para permanecer inmóviles y su plumaje críptico, son sus más valiosas armas durante el día.
Por la noche todo cambia y es entonces cuando hacen gala de sus mejores adaptaciones. En primer lugar, sus inmensos ojos, les permiten volar en la oscuridad, aprovechando también intensamente las horas del crepúsculo y del amanecer. Si veis cualquier foto de un Chotacabras, os llamará la atención su pequeño pico, que apenas sobresale unos milímetros de la cabeza, con unas narinas de aspecto rupestre, aparentemente poco evolucionadas. Ese “falso” pico diminuto esconde tras de sí una inmensa boca, desmesurada, una exitosa adaptación a la alimentación en vuelo, capturando sus presas manteniéndola abierta mientras se desplaza a toda velocidad, a modo de cazamariposas. El tamaño real de su pico lo delatan las abundantes vibrisas (plumas en forma de pelos) que se sitúan en su borde.
Otra de las adaptaciones a la noche es su vuelo silencioso, con sus sedosas plumas parecidas a las de las rapaces nocturnas. Este parecido a las rapaces nocturnas no es casual y los estudios de ADN sitúan a los chotacabras taxonómicamente dentro de su mismo Orden (Orden Strigidae), que incluiría 9 familias, en las que estarían Lechuzas, Búhos, Chotacabras, Guácharos, Podargos y Egotelos, entre otros.

Otra de las curiosidades de la familia de los Chotacabras (Camprimulguidae), es la de disponer en el dedo central de sus patas de una estructura en forma de peine (uña pectinada). No es exclusivo de esta familia y también está presente en algunas especies de la familia Adreidae (Garzas), Threskiornithidae (Moritos) y Glareolidae (Canasteras), pero en ninguna de las especies que conozco que podido observar un desarrollo tan espectacular de estos peines como en los Chotacabras. Su utilidad tampoco parece estar muy clara y en la bibliografía que he consultado se asume que sirven para la limpieza de las plumas y eliminar restos de suciedad. La verdad es para mi es una incógnita. Si estos peines fueran tan útiles en la limpieza de las plumas, seguramente estarían presentes en muchas más familias de aves. Los Chotacabras tampoco son aves que tengan hábitos que les obliguen a tener una aseo especial (comparado, por ejemplo, con aves excavadoras, siempre llenas de tierra, o limícolas, siempre embarradas.....). Se me ocurre pensar que estas estructuras podrían tener algo que ver con la limpieza de sus enormes vibrisas, que posiblemente se encuentren entre las de mayor longitud de las aves ibéricas, ya que al estar dispuestas en la parte interior de la uña, les resultaría fácil de utilizar para este fin.
En un par de ocasiones he capturado los Chotacabras en redes japonesas durante jornadas de anillamiento y fue entonces cuando observé por primera vez esta curiosa uña pectinada (bueno, y también el susto que te da un Chotacabras cuando abre su enorme boca amenazante....no se olvida con facilidad, no!!). La imagen que os muestro es del dedo de un ejemplar joven y en los adultos los peines alcanzan un tamaño mayor, son más gruesos y están ligeramente más separados.
Me parece interesante este texto (con traducción libre) de Sylvia Plath, poetisa estadounidense de trágica vida :

“Los viejos pastores juran que todas las noches oyen el peligroso zumbido del aleteo de los pájaros que despiertan con la oscuridad y hasta el amanecer trabajan duro vampirizando la leche de cada gran ubre de cabra.
Luna llena, luna oscura, los recelosos granjeros sueñan que su ganado más lustroso, enfebrecido por las garras de los chotacabras, llamados pájaros del diablo, su ojo, un relámpago, una viruta de fuego de rubí.
Aunque la fábulas dicen que los chotacabras se mueven, ocultos a la mirada de los hombres en el aire de ébano sobre alas de ropa de bruja, bien nombrado, mal afamado como ladrón volador nocturno, aunque nunca ordeñó una cabra, nada tuvo que ver con la muerte de las vacas y sombras sólo -boca cavernosa rodeada de cerdas- - con abejorros y la pálida verde polilla luna”

Enlace de esta imagen en Fotonatura

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